Las castañas van de la mano con las vacaciones porque diciembre se considera el mejor momento para comprarlas frescas, pero la temporada se extiende desde aproximadamente septiembre hasta marzo. Elija castañas que sean lisas, sin imperfecciones y pesadas para su tamaño. Un buen truco es sacudir las castañas: si escuchas un sonajero, se están secando y no vale la pena comprarlas. Debido a que las castañas se secan rápidamente, manténgalas en un lugar fresco y seco y úselas dentro de una semana. Las castañas frescas deben mantenerse hasta un mes en el refrigerador y varios meses en el congelador.
Paso 2: Marcarlos con una X

Antes de asar, use la punta de un cuchillo de emparejamiento resistente para cortar una X en el lado plano de cada castaño. Esto evitará que exploten durante el asado y hará que sean más fáciles de pelar. Arregle las castañas en una sola capa en una bandeja para hornear sin engrasar.
Paso 3: asar las castañas

Precaliente el horno a 425 grados F. Asar las castañas durante 15 minutos, revolviendo una o dos veces durante la cocción. Las cáscaras exteriores comenzarán a dorarse y se separarán en la X. Enfríe las castañas ligeramente, pero pélelas mientras aún estén calientes; se vuelven cada vez más difíciles de pelar a medida que se enfrían.
Paso 4: frotar las castañas para eliminar las pieles

Enrolle las castañas peladas en una toalla de cocina limpia para quitar las pieles internas delgadas y de papel. Estas pieles tienden a ser amargas.