El objetivo obvio de asignar tareas es lograr que su hijo practique y fortalezca sus habilidades académicas. Al dedicar el tiempo adecuado a la tarea, su hijo tiene muchas más posibilidades de sacar buenas notas.
Pero la tarea tiene otros valores importantes. La tarea puede y debe ser una experiencia de construcción de carácter. Manejada adecuadamente por los maestros y los padres, la tarea ayuda al niño a desarrollar las habilidades emocionales y de comportamiento necesarias en el mundo adulto.
Los valores ocultos de la tarea
1. Responsabilidad: la tarea es responsabilidad del niño. Si te involucras demasiado, pones el proceso en su cabeza.
2. Independencia: debido a que es la primera vez que alguien que no sea un padre asigna tareas frecuentes al niño, la tarea abre nuevos caminos. La forma en que se maneje esta oportunidad de oro mejorará u obstruirá el progreso de su hijo hacia la autodirección.
3. Perseverancia: no tiene sentido que un niño haga la tarea si cada vez que el niño se frustra, usted interviene y lo mejora todo. Está bien dejar que su hijo luche un poco con un problema.